El grupo se tiene que dividir en dos equipos, un mínimo de 12 personas. Unos serán los policías y los otros los ladrones, por lo tanto unos tendrán que perseguir y otros tendrán que escaparse.
El grupo de los policías tiene que contar hasta 10 y mientras tanto, los ladrones tienen que esconderse. Una vez acaben de contar los polis irán a la búsqueda de los cacos.
Para atrapar a un ladrón, el policía le tiene que tocar y tiene que llevarle a la cárcel, que será un espacio que se ha decidido al principio, como una portería.
Los cacos pueden salvar a sus compañeros cacos, acercándose a la cárcel, y tan sólo dando una palmada en la mano del caco ya queda libre.
Al acabar el juego se juega a la inversa, los ladrones pasan a ser policías. Ganará el equipo que haya logrado tener más cacos en la cárcel al final de la partida.